Actualmente
se sabe que las enfermedades más prevalentes en la boca (la caries y la
enfermedad periodontal) pueden prevenirse principalmente con una correcta
higiene oral. La finalidad principal del uso del cepillo de dientes y el hilo
dental es remover mecánicamente la
placa bacteriana (ese conjunto de bacterias, proteínas, restos de alimentos,
etc) mediante la cual las bacterias
consiguen adherirse y subsistir en las piezas dentarias.
Cabe
destacar que los enjuagues o buches
pueden dar aliento fresco, pero nunca removerán esta placa bacteriana,
dando una falsa sensación de limpieza. El paciente sentirá fresca su boca, pero
las bacterias seguirán adheridas a sus dientes.
Hay
variadas técnicas de cepillado, cada una de ellas aplicable en cada caso
particular. Sería muy extensa mi columna si las explicara todas, pero las más
recomendadas actualmente son la “Técnica
de Bass” (para la mayoría de los adultos) y la “Técnica horizontal” para los niños.
Lo importante es que el Odontólogo evalúe en
el consultorio si la forma en que se cepilla los dientes el paciente da buen resultado,
lo cual es posible saber mediante la observación de la presencia o no de placa
bacteriana y de enfermedad periodontal (gingivitis y periodontitis) o caries.
O sea, si
el paciente goza de una perfecta salud bucal, no se modificará ni la técnica de higiene, ni el tipo de cepillo que
utilice. De lo contrario, se trabajará para, modificando los elementos
necesarios, obtener los mejores resultados para cada paciente en particular.
Próximamente, hablaré sobre las pastas
de dientes y enjuagues bucales. Los tipos que hay en el mercado actualmente,
usos de cada uno y recomendaciones personales en cuanto al tema en general.
Od. Juan José Orellano
Mat. 4896/02
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