Todos
odiamos el dolor de muela, que muchas veces llega a ser intenso, por no haber
respondido a las señales de alarma que nuestro cuerpo nos dio cuando apenas era
una “sensibilidad” o una “molestia” y evitar
así que el problema avance.
Cuando la
caries dental logra romper parte del diente y generar una brecha que comunica
con los tejidos más internos del mismo, comienza a haber sensibilidad, sobre
todo al consumir cosas frías y dulces. Un dolor leve a moderado, que pasa enseguida
y es tolerable por la persona o calma con analgésicos. Esa es la primera
señal que nos da el organismo.
Cuando la
caries sigue avanzando y logra llegar a la parte más interna del diente, la
pulpa dentaria (más conocida como “nervio”), se inflama por la agresión e
invasión de bacterias provenientes de la boca. Como la pulpa se encuentra alojada
en un lugar rígido (el diente) que no le permite inflamarse (hincharse),
comienza a doler por el aumento de presión intrapulpar (como si tapáramos herméticamente
una olla cuando el agua comienza a hervir) . Para ese entonces ha comenzado a
doler sin parar, no sólo con cosas frías y calientes, sino también en forma
espontánea (o sea, “de la nada”), sobre todo al acostarnos, siendo el dolor
insoportable e imposible de calmar con medicamentos ni remedios caseros. La
segunda señal de alarma transforma el problema en una urgencia odontológica.
A esta altura, sólo el accionar del Odontólogo podrá hacer pasar el dolor.
El paso
siguiente, si la persona sigue sin ser atendida, es la muerte pulpar (del
nervio), lo cual traerá aparejada tarde o temprano una infección dental, que si
tampoco es tratada, terminará afectando la salud general del organismo por
difusión de la infección a través de la sangre. Puede afectar así al corazón,
mediastino y cerebro, entre otros.
Estas
complicaciones realmente pueden darse si se pasan por alto todas las “señales
de alarma” que nos fueron dadas, aunque en relación con la cantidad de caries
que se dan en una población, son poco frecuentes estas últimas complicaciones.
Y que esto sea así es gracias ni más ni menos que al dolor, que nos obliga a ir
al dentista antes de llegar a estas últimas instancias.
Es por eso,
que aunque nos pese reconocer, …
“realmente
es importante que los dientes duelan.”
Od. Juan José Orellano
mat. 4896/02
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